
Alejandro Peza
De acuerdo con un comunicado la desaparición de ocho personas originarias de Nayarit destapó una red de operaciones ilícitas en Chetumal: una fábrica clandestina de cigarros instalada en la parte trasera de un hotel y cuya producción aparentemente está ligada al contrabando internacional y de actividades del crimen organizado.
El fiscal General del Estado, Raciel López Salazar confirmó que las víctimas fueron contratadas por una supuesta empresa privada, pero en realidad habrían sido llevadas a trabajar en el inmueble y quienes semanas atrás se reportaron como desaparecidas.
En el comunicado oficial se específica que » que los nayaritas llegaron a Quintana Roo para trabajar en una fábrica clandestina de cigarros, propiedad de un sujeto de nacionalidad coreana».
En conferencia de prensa, el fiscal General del Estado, Raciel López Salazar, agregó que las personas desaparecidas llegaron a Quintana Roo para laborar en una empresa privada. “Realmente fueron contratadas para trabajar en una fábrica clandestina de cigarros que se encuentra al fondo de un hotel, en una zona muy estratégica; estamos trabajando en la búsqueda de estas personas e indagando para esclarecer los hechos”.
Asimismo, indicó que el hotel involucrado en estos sucesos es propiedad de un sujeto de nacionalidad coreana, quien está presuntamente asociado con dos personas más que se dedican al contrabando, por lo que esa es la línea de investigación que sigue la Fiscalía.
Con respecto a los dos hombres, padre e hijo, que aparecieron sin vida, expresó que estaban involucrados en delitos de contrabando y formaban parte de un grupo delincuencial. “Ellos vivían en el hotel y tenían lazos con el coreano”.
Las autoridades investigan si este doble homicidio está relacionado con la desaparición de los ocho trabajadores.
El fiscal destacó que el caso no sólo involucra la desaparición de personas, sino que también expone una amplia red de contrabando que opera en la frontera sur de México y Belice.