Alejandro Peza
Productores cañeros del sur de Quintana Roo informaron que la industria azucarera de México quedó formalmente blindada luego de la publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF) del decreto que establece fuertes medidas arancelarias para la importación de edulcorantes y fructosa, disposición que aseguran representa un respiro para miles de familias que dependen del cultivo de caña en la Península.
El documento establece que se modifican los aranceles de las fracciones arancelarias de la Tarifa de la Ley de los Impuestos Generales de Importación y de Exportación publicada el 7 de junio de 2022, y sus modificaciones posteriores.
Entre los productos afectados se encuentran el edulcorante de remolacha (156%), azúcar de caña (156%), azúcares refinados (156%), azúcar líquida e invertida (210.44%), y jarabes aromatizados o con colorantes (156%), entre otros.
De acuerdo con líderes de asociaciones cañeras en la ribera del río Hondo, el decreto federal responde a una demanda histórica para frenar la entrada de endulzantes extranjeros, particularmente los derivados del maíz de origen estadounidense, cuya presencia en el mercado nacional había generado presiones a la baja en los precios del azúcar y afectaciones económicas directas a los ingenios y a los agricultores.
Los productores destacaron que el documento publicado en el DOF establece aranceles elevados y medidas regulatorias estrictas, con el objetivo de “equilibrar el mercado, proteger la soberanía alimentaria y evitar prácticas de competencia desleal”. Señalaron que, durante los últimos años, la importación indiscriminada de fructosa había provocado una saturación en sectores industriales como el refresquero y el alimentario, restando espacio a la comercialización del azúcar mexicana.
Representantes del sector cañero de la zona sur —particularmente de comunidades como Javier Rojo Gómez, Pucté, Álvaro Obregón y Cacao— aseguraron que el decreto generará mayor estabilidad en los precios, fortalecimiento en la cadena productiva y mejores perspectivas de planificación para la zafra 2024–2025.
Asimismo, advirtieron que el blindaje arancelario permitirá a los ingenios mantener su nivel operativo, evitando recortes y garantizando la compra de la caña a un precio más justo. “Esta es una victoria para los productores, pero también para la economía regional”, expresó uno de los dirigentes entrevistados, quien detalló que miles de jornaleros, transportistas y familias dependen directamente de esta actividad.
Los cañeros del sur de Quintana Roo calificaron el decreto como “un paso firme” para la recuperación del sector, aunque pidieron mantener mecanismos de vigilancia para evitar que empresas importadoras busquen lagunas legales o estrategias de contrabando técnico para evadir los nuevos aranceles.
Los cañeros subrayaron que, con estas medidas, la industria mexicana del azúcar envía un mensaje sobre la importancia estratégica del sector considerado uno de los más relevantes en el ámbito agroindustrial y pieza clave para economías rurales como la del sur de Quintana Roo.



