
Alejandro Peza
El obispo de la diócesis Cancún-Chetumal, Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, informó que la gobernadora, Mara Lezama, ha sumado a los representantes de las distintas religiones en Quintana Roo, en la lucha contra los delitos relacionados a la violencia intrafamiliar, contra las mujeres y la niñez.
«A convocatoria de la gobernadora, Mara Lezama, las distintas congregaciones religiosas en Quintana Roo, se han sumado a la prevención y el combate de la inseguridad y los delitos, principalmente los relacionados a la violencia familiar, contra las mujeres y la niñez», comentó el obispo.
Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, comentó que la gobernadora es una mujer de fe, quien ha logrado la unidad de todos los sacerdotes y pastores, de la iglesia católica y de las diversas modalidades o manifestaciones religiosas, para apoyar la construcción de la paz en esta entidad.
El obispo, comentó que se trata de una estrategia para que, a través de la fe y la confianza a los párrocos y pastores, se pueda llegar al seno y conciencia de las familias, a donde se complica llevar los programas institucionales de prevención del delito, y concientizar a todos para mantener conductas encaminadas a la paz.
El jerarca católico destacó que esta suma de voluntades busca fortalecer la prevención, la atención y la difusión de mensajes que promuevan la paz y la unidad familiar. “Se trata de un trabajo conjunto en el que todas las iglesias, sin distinción de credos, podemos aportar para frenar la violencia que tanto daño hace a la sociedad”, señaló.
De acuerdo con Elizondo Cárdenas, la gobernadora ha insistido en que la violencia contra mujeres y menores es un tema prioritario, por lo que resulta fundamental que las comunidades de fe contribuyan con acciones que fomenten el respeto, la solidaridad y la cultura de la denuncia.
Los representantes religiosos coincidieron en que las iglesias son espacios de acompañamiento y cercanía con las familias, lo que permite generar confianza y reforzar la estrategia estatal en materia de prevención.
Con esta colaboración, Quintana Roo se convierte en una de las entidades donde el gobierno y las religiones trabajan de manera coordinada para erradicar prácticas que vulneran la integridad de las mujeres, la niñez y los hogares.