Inician operativos y auditorías a empresas dedicadas al manejo y transporte de aguas residuales

Alejandro Peza

La Procuraduría de Protección al Ambiente (PPA) en Quintana Roo, encabezada por Alonso Fernández Lemmen Meyer, anunció el inicio de una serie de operativos y auditorías a empresas dedicadas al manejo y transporte de aguas residuales, luego de que la empresa Servicios Ambientales del Sur fuera captada vertiendo aguas contaminadas en un predio baldío, tras ser contratada por una tienda Bodega Aurrera para desaguar un estacionamiento encharcado.

El video del incidente desató indignación entre vecinos y ambientalistas, y ahora ha derivado en acciones contundentes por parte de las autoridades ambientales, que incluyen sanciones económicas, revisión documental exhaustiva y la posible cancelación de permisos.

Según informó el procurador Alonso Meyer, la empresa contaba con permisos para el traslado de residuos, pero no para el destino final, lo que agrava su responsabilidad.

“Estamos en proceso de retirarle los permisos. Ya está asegurada la unidad y no podrá volver a operar este servicio”, confirmó el funcionario.

El procedimiento podría prolongarse entre mes y medio a dos meses, y concluirá con una sanción económica que podría oscilar entre 100 mil y hasta 500 mil pesos, dependiendo del análisis técnico y jurídico en curso.

Meyer aclaró que el líquido vertido no era estrictamente aguas negras, sino agua pluvial estancada extraída del patio de la tienda, aunque fue transportada en una pipa que previamente había manejado aguas residuales, lo cual representa una mala práctica e infracción ambiental.

“El hecho sigue siendo grave. Se utilizó una unidad no adecuada, se vertió en un lugar no autorizado, y esto representa un manejo inadecuado de residuos líquidos, esté o no contaminada el agua”, puntualizó.

A raíz del caso, la PPA iniciará un arqueo contable y técnico a todas las empresas que operan con permisos similares. “Vamos a sentarlos, revisar facturas, bitácoras, manifiestos y destinos finales. Si hay inconsistencias entre el volumen transportado y lo recibido, significa que hay un faltante que está quedando en el camino, en predios, en la vía pública o en cuerpos de agua”, advirtió Meyer.

Agregó que la tienda Bodega Aurrera presentó evidencia de que contrató formalmente a la empresa para desasolvar su estacionamiento.

“El manejo fue pésimo, aunque era agua pluvial, la empresa tenía antecedentes con aguas negras. No se puede permitir que este tipo de malas prácticas sigan ocurriendo”, sentenció Meyer.

Este caso evidencia la necesidad de reforzar los mecanismos de vigilancia y regulación sobre el manejo de residuos líquidos en el estado. Desde el traslado hasta el destino final, las autoridades buscan evitar que estas prácticas se repitan, afectando el medio ambiente y la salud pública.